La Masonería no está afiliada ni puede afiliarse a ninguna religión determinada.
Elevándose sobre toda clase de
discusiones, ofrece a los amantes de la Verdad el terreno más apropiado para la
inteligencia mutua y la unión fraternal.
No reconoce en la investigación
científica ninguna autoridad superior a la Razón Humana y
rechaza, por tanto, las verdades reveladas que aceptan las religiones
positivas.
Admite en su seno a personas de todos los credos religiosos, sin
distinción, siempre que sean tolerantes y respeten todas las opiniones
sinceramente profesadas; es decir: exentas de fanatismos, egoísmos y supersticiones.