domingo, 21 de septiembre de 2014

SERIE: “PRINCIPIOS DE LA VERDAD” – IV POLARIDAD



«Todo es doble, todo tiene dos polos, todo, su par de opuestos: los semejantes y los antagónicos son lo mismo, los opuestos son idénticos en naturaleza, pero diferentes en grado; los extremos se tocan; las verdades son semi-verdades; todas las paradojas pueden reconciliarse.»




Comúnmente decimos las dos caras de la misma moneda cuando nos referimos a cosas diametralmente opuestas. Aparentemente son opuestas, pero en realidad es la misma con innumerables grados entre un extremo y el otro.

El espíritu y la materia no son más que lo mismo, pero con diferentes grados de vibración. En la materia hay una frecuencia vibratoria muy baja, en cambio, el espíritu tiene una frecuencia vibratoria altísima. La diferencia reside únicamente en el grado de manifestación mental.

El conocimiento de este gran principio nos permitirá comprender mejor nuestros propios estados mentales, así como el de los otros, de esta manera comprobaremos que solamente es cuestión de grados. 

Comprendiendo esto, podremos elevar nuestras vibraciones interiores a voluntad, cambiando su polaridad, haciéndonos dueños de nuestros pensamientos en vez de ser sus esclavos y servidores.

Para eliminar una cualidad no deseada, por ejemplo el miedo, no debemos luchar contra él, ya que solo basta polarizarse en la cualidad opuesta, en este caso el valor, para que el miedo desaparezca.

Lo mismo sucede por ejemplo en una habitación oscura, no podemos sacar la oscuridad con un balde y echarlo afuera, solamente nos bastará con abrir las ventanas y permitir que entre la luz y la oscuridad inmediatamente desaparecerá. 

Básicamente en eso consiste el arte de la polarización mental, en polarizar la mente en la cualidad deseada para así lograr la transformación.



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