lunes, 22 de septiembre de 2014

SERIE: “PRINCIPIOS DE LA VERDAD” – V RITMO



«Todo fluye y refluye; todo tiene sus periodos de avance y retroceso; todo asciende y desciende; todo se mueve como un péndulo; la medida de su movimiento hacia la derecha, es la misma que la de su movimiento hacia la izquierda; el ritmo es la compensación»


Este principio está muy relacionado con el anterior principio de polaridad, ya que el ritmo se manifiesta entre los dos polos establecidos por este mismo principio. Esto no quiere decir que la oscilación rítmica vaya hasta el extremo de cada polo, simplemente se desplaza a lo largo de la escala entre los dos polos, primero hacia un polo y después hacia el otro.

Siempre hay un avance y un retroceso, un auge y una caída, nos recuerda a la campana de Gauss en Estadística, primero sube hasta el tope y después se produce el descenso. Esto sucede en todo.

En la caída y destrucción de los mundos, en la elevación y caída de las naciones, civilizaciones, animales, plantas, en el hombre, y en los estados mentales de este.

Este principio es de aplicación universal, la naturaleza es cíclica, la vida también es cíclica. Se nace, crece, se llega a la madurez, se decae y muere. La oscilación pendular es evidente por doquier.

La ley del ritmo afecta a la materia, la mente y el espíritu, por lo tanto se piensa que no sólo afecta a esta vida, sino que a sucesivas vidas posteriores. 

Debido a esta ley, prácticamente nos sentimos esclavos de nuestros estados de ánimo, emociones o sentimientos. Esas fluctuaciones afectan mucho nuestra vida y no las comprendemos bien. Reír para llorar dice el dicho, pero cuando sentimos que tenemos un periodo de entusiasmo, siempre es seguido por otro de depresión, cuando nos sentíamos valientes y confiados, venían periodos de desaliento y miedo. 

El modo de substraerse a las actividades del ritmo es mediante la transmutación. 

Todo hombre que en mayor o menor grado, ha adquirido cierto dominio de sí mismo, realiza esto más o menos conscientemente, impidiendo que sus modalidades o estados mentales negativos lo afecten. De esta manera podremos sustraernos de los efectos polarizándonos en lo superior, prácticamente ignorando lo negativo, así instantáneamente el ritmo pasa por lo inferior (materia) sin afectar lo superior (mente y espíritu).



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